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No estás solo en medio de tus problemas

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A veces, me siento abrumado por el peso de los problemas, especialmente cuando parece que nunca se resolverán como quiero. Este sentimiento no es un deseo de rendirme, sino más bien una sensación de desgano, una falta de energía para enfrentar las dificultades diarias. Es en estos momentos cuando me recuerda la importancia de entregar mis preocupaciones a Dios.

Reflexionando sobre mi situación, recuerdo historias poderosas de la Biblia que nos muestran que no estamos solos en nuestras luchas. David se enfrentó a Goliat con una fe inquebrantable, confiando en que Dios lo ayudaría a superar lo imposible. Moisés, guiado por Dios, se presentó ante el faraón para liberar a su pueblo, a pesar de sus propias dudas.
Amigo ,créeme, Dios no nos pone problemas más grandes de los que podemos soportar. A veces,aunque los obstáculos parecen insuperables, inalcanzables quizá, pero si avanzamos paso a paso, eventualmente alcanzaremos la cima de nuestras montañas personales.
Cada día es una nueva oportunidad para dividir mis grandes objetivos en tareas más pequeñas y manejables. Celebro cada pequeño logro, sabiendo que cada paso me lleva más cerca de mis metas. Crear hábitos positivos como la meditación y el ejercicio me da una base sólida para enfrentar cualquier desafío que se presente.
Hablar sobre mis preocupaciones con amigos y familiares me recuerda que no estoy solo en este viaje, recuerda que si tú familia te abandona Dios estará ahí siempre, será tu padre, tu hermano y sobre todo tu Dios . La paciencia y la fe en el proceso son esenciales, porque no todas las soluciones son inmediatas recuerda que cada desafío te va a enseñar cuánto más te apresures a aprender más rápido avanzaras . Celebrar mis avances, por pequeños que sean, me da el impulso necesario para seguir adelante.
Con cada paso que doy, sé que Dios está a mi lado, guiándome y dándome la fuerza que necesito. Cada desafío es una oportunidad para crecer y fortalecer mi espíritu. No estoy solo, y juntos podemos superar cualquier obstáculo, un paso a la vez.

“Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, Romanos 8.28”

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